Las chinches fitófagas son insectos hemípteros que se alimentan del contenido celular de las plantas utilizando su aparato bucal picador-suctor. Pasan por un desarrollo hemimetábolo, es decir, sin metamorfosis completa. Las hembras adultas depositan sus huevos en grupos, generalmente en el envés de las hojas o en tallos tiernos. Tras la eclosión, emergen ninfas que atraviesan varias mudas hasta alcanzar el estado adulto. Durante todas las etapas ninfales, las chinches ya se alimentan de los tejidos vegetales, causando daño desde fases muy tempranas. Algunas especies completan varias generaciones por año, especialmente en regiones cálidas donde las condiciones permiten su desarrollo continuo. Su actividad aumenta notablemente en épocas secas y calurosas, y pueden desplazarse activamente en busca de hospedadores, favoreciendo la dispersión en los cultivos. Además, su comportamiento gregario en algunas fases favorece ataques simultáneos que aumentan la severidad del daño.